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sábado, 3 de marzo de 2012

RESEÑA HISTÓRICA DEL SNTSA, ANTECEDENTES

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA) surgió de dos pedestales del sindicalismo burocrático: el Sindicato de Trabajadores de Asistencia Pública (STAP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de Salubridad. El primero agrupó a quienes laboraban en la Secretaría de Asistencia Pública, y el segundo al personal del Departamento de Salubridad, instituciones del Gobierno Federal encargadas, hasta 1943, de los programas de salubridad y asistencia pública.

Ambos sindicatos, desde 1936 experimentaron un proceso acelerado de unificación y fortalecimiento interno como resultado de una política de centralización promovida por la Alianza de Organizaciones de Trabajadores al Servicio del Estado para que todos los servidores públicos se organizaran en un sólo núcleo dentro de cada dependencia oficial.

La unificación de los servidores públicos en sindicatos, y de éstos, a su vez, dentro de una misma central, fue continuada por la Federación Nacional de Trabajadores del Estado (FNTE), nombre adoptado por la Alianza en 1936, al celebrar su primer Congreso.

Fruto de esa línea organizativa es la integración de la Alianza de Trabajadores de Salubridad en 1936, transformándose un año después en Unión Sindical de Trabajadores del Departamento de Salubridad.

Hasta entonces los problemas de los trabajadores de la Secretaría de Asistencia y del Departamento de Salubridad, al igual que de los servidores públicos en general, giraban en torno a la falta de una base jurídica de protección laboral y sindical.

De esta manera, los movimientos sindicales realizados por los trabajadores al servicio del Estado incluyendo desde luego los de Salubridad y Asistencia emergieron del clamor nacional manifestado por trabajadores, hombres y mujeres, en busca de la seguridad en el empleo, ya que al finalizar cada año ignoraban si al año siguiente tendrían todavía su plaza, y era costumbre que al cambio de un régimen, los nuevos funcionarios llegaran a incorporarse a las dependencias oficiales trayendo consigo una serie de recomendados y gente de su confianza, con quienes iban cubriendo las plazas. Para las trabajadoras, el problema se tornaba aún más difícil por falta de protección a la maternidad: a la mujer embarazada se le daba de baja.

Ante una situación de esta naturaleza y bajo el amparo único del artículo noveno constitucional, la organización resultó la única opción que posibilitaba el encuentro de soluciones a los problemas de los trabajadores.

En medio de carencias jurídicas y económicas los trabajadores del Departamento de Salubridad y los de Asistencia Social participaron destacadamente en la lucha de todos los trabajadores del Estado. Ellos comprendieron que para seguir adelante era indispensable la unidad interna de su organización y la colaboración entre los trabajadores de las diferentes dependencias del Gobierno Federal dada la comunidad de intereses. De ahí la importancia de participar en la Federación Nacional de Trabajadores del Estado. Esta última, a su vez, después de dos años de militancia dentro de la CTM a partir de su fundación en 1936, buscó la creación de una federación que además de integrar a todos los sindicatos de trabajadores del Estado fuese independiente de las centrales obreras y campesinas.

La inquietud de los trabajadores por organizarse en el seno de una central fuerte, que defendiera sus intereses, obtuvo la respuesta favorable del Gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas, que a través de la Secretaria de Gobernación convocó al Congreso Constituyente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (F.S.T.S.E.), del 17 al 29 de octubre de 1938.

De igual manera el proyecto del Estatuto Jurídico de los trabajadores al Servicio de los Poderes de la Unión entregado al Presidente Cárdenas por los propios trabajadores, fue turnado a la Cámara de Diputados y aprobado no sin antes generar una serie de acaloradas discusiones entre los integrantes. Desde la promulgación del Estatuto, el 5 de diciembre de 1938, los trabajadores contaron con una base jurídica para sus interrelaciones con los Poderes de la Unión, que incluye el derecho a la inamovilidad en el empleo, la remuneración oportuna, el escalafón de acuerdo con la preparación y capacidad en plazas de mayor monto de percepciones: la protección social y, a la vez, una solidez jurídica a la agrupación de los trabajadores en sus respectivos sindicatos.

Sindicatos como el de la Industria Militar, del Departamento del Distrito Federal, de Salubridad, Asistencia Social y otros, fueron los pilares de la F.S.T.S.E. en su fundación.

Formalmente constituida el 29 de octubre de 1938, la F.S.T.S.E. pasó a ser la única central reconocida oficialmente por el Estado, con 29 sindicatos miembros.